La accesibilidad es para los libros electrónicos lo que el etiquetado es para la industria alimentaria. Cuando compramos una comida preparada en un supermercado esperamos poder conocer los ingredientes. ¿Será adecuado para mi amigo con alergia a los frutos secos?
¿Es apto para vegetarianos? Al reconocer que cada persona tiene necesidades y preferencias distintas, la industria facilita que las personas elijan el producto más adecuado.
Del mismo modo, los lectores tienen diferentes necesidades y preferencias, pero puede ser muy difícil para ellos saber si el libro que van a comprar o leer satisface alguna de sus
de sus necesidades de lectura o si está en condiciones de interoperar con sus tecnologías de asistencia, como lectores de pantalla o de texto a voz. Afortunadamente, los libros electrónicos tienen el potencial de satisfacer una amplia gama de necesidades de accesibilidad. Por ejemplo, con el formato y la construcción adecuados, pueden ofrecer:
- Ampliación del texto, para personas con dificultades de visión.
- Cambios de color y contraste. Las personas con deficiencias visuales o los disléxicos con sensibilidad escotópica pueden leer más fácilmente si pueden adaptar los colores o contrastes del texto y del fondo. Esto también beneficia a las personas que trabajan en entornos muy oscuros o muy luminosos.
- Soporte de texto a voz. La conversión de texto a voz es una tecnología madura que permite vocalizar el texto en pantalla mediante un programa informático. Existen voces de buena calidad que suenan como las de los humanos en una amplia gama de idiomas.
- Textos alternativos para imágenes y tablas. Una descripción textual de los puntos principales de una imagen o tabla ayuda a transmitir la información a los lectores ciegos, pero a menudo ayuda a los lectores videntes en su interpretación de la información.
- Compatibilidad con dispositivos de tecnología asistencial. Los lectores de pantalla desempeñan una función de conversión de texto a voz, pero también permiten acceder a los menús mediante audio.
Los libros electrónicos con estas características son accesibles para una amplia gama de usuarios, desde ciegos hasta personas que, por algún motivo, no pueden sostener físicamente un libro. Sin embargo, estos beneficios potenciales no siempre se materializan.
No es raro que se introduzcan accidentalmente barreras a la accesibilidad en cualquier fase de la cadena de producción de un eBook. Los obstáculos más habituales son los siguientes:
- La elección del formato de los archivos influye en la accesibilidad: por ejemplo, los documentos PDF que son una «fotografía» del texto no pueden leerse en voz alta, ni cambiarse de color, ni adaptarse a un tamaño de letra mayor. Los «flipbooks» basados en Flash pueden ser difíciles o imposibles de utilizar si se necesita un texto ampliado y redimensionado.
- La interfaz de la plataforma de distribución (por ejemplo, los sistemas de bibliotecas de libros electrónicos) pueden carecer de funciones como el cambio de fuente y de color de fondo, incluso cuando el formato de los libros electrónicos lo admite.
- La falta de información o comunicación de las características de accesibilidad que existen: muchos productos no cuentan con orientaciones de accesibilidad, a pesar de que las personas con dificultades de acceso representan hasta el 10% de los lectores.
La práctica perpetúa la cultura y las culturas perpetúan las prácticas. El modelo descrito muestra cómo un editor o proveedor con poco conocimiento ofrece a los usuarios finales poca información sobre sus características de accesibilidad. Muchas personas con dificultades de acceso solo tienen una idea escasa de cómo los libros electrónicos podrían satisfacer sus necesidades, e incluso el personal de las bibliotecas no son necesariamente conscientes de las amplias ventajas que ofrece el texto digital accesible. Esta ignorancia puede llevar a una peligrosa complacencia para los editores. La concienciación de los clientes puede cambiar en un solo día leyendo un artículo o asistiendo a un seminario web o a una conferencia. Una investigación realizada en 2012 mostró que el 10% de las 49 instituciones de educación superior (IES) encuestadas tenían la accesibilidad como un «factor decisivo» en sus políticas de adquisición. Los institutos y las universidades pueden aplicar estas políticas más rápido de lo que los flujos de trabajo de las editoriales pueden adaptarse para mantenerse en el mercado, lo que da a las editoriales accesibles una importante ventaja de mercado.
Un libro accesible significa ahora un mejor libro. Esto supone un tremendo cambio en la mentalidad de los editores, ya que es necesario diseñar los contenidos teniendo en cuenta el método de entrega. La propia sociedad ha cambiado considerablemente en la última década y la dependencia del acceso a la información en formato digital en el punto de demanda, ya sea desde una tableta o un smartphone, ha alterado fundamentalmente el enfoque de los editores. Un libro accesible no solo es un mejor libro, sino que es un libro con un potencial de venta mayor: es un libro para asbolutamente todos los lectores.
Fuente: Woodward, H., 2014. Ebooks in education: Realising the vision. London: Ubiquity Press. DOI: https://doi.org/10.5334/bal